e enjte, 15 mars 2007
e hënë, 12 mars 2007
buen paso

Al representar un objeto, ponemos en relación dos realidades, la primera, que corresponderá al objeto que buscamos presentar mediante otro, el segundo, que corresponderá a una relación de asociaciones en base a nuestra propia experiencia, así al ver una partitura musical, podemos entenderla, interpretarla, traducirla, y nos parece una excelente composición, hasta ahora no hemos escuchado ningún sonido como para afirmar tal cosa, pero entendemos su código, ya no es un secreto, entendimos la forma de leer esta segunda realidad, el mecanismo que nos conducirá a una descodificación exitosa, comprendimos la medida de sus signos y la estructura lógica que ellos forman, al trazar la elevación y la planta del objeto medido, nos situamos en una tercera realidad, una realidad posible, una pro-yeccion de las medidas abstractas que configuraran la materia, moldeando acciones (por el momento), dejamos trazas inscritas en un papel, una partitura, instrucciones para que el baile sea ese baile y no otro, para trascender sobre el verbo y dejar de pensar en el baile para encontrarnos repentinamente en medio de una danza.
"Los Dos Reyes y Los Dos Laberintos"
Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia ( para hacer burla de la simplicidad de su huésped), lo hizo penetrar en el laberinto, donde vago afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía un laberinto mejor, y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día.
Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: ¡Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el paso. Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no se muere.
(Jorge Luis Borges; El Aleph, Los Dos Reyes y Los Dos Laberintos)
e shtunë, 10 mars 2007

Querid@s compañer@s, en este momento se abre este espacio en comun donde se depositaran nuestras maneras de hacer en conjunto, a partir del cariño por el quehacer de sus pro-yectos compartiremos la produccion que se desprende del ejercicio del taller de primer semestre a modo de entrada sobre la materia de la arquitectura, como una invitacion al arrojo, a probar el sabor del error y tambien el sabor de haber aprendido de el, desde la pantalla un saludo y la invitacion a perseverar.